Los avances que se han
logrado en materia ambiental en el país, aunque con sus respectivas
deficiencias, han sido relevantes. El manejo adecuado de los desechos
hospitalarios es un claro ejemplo del avance que se ha logrado,principalmente
porque existe el Reglamento para el Manejo de Desechos Sólidos Hospitalarios y
teóricamente, estos desechos ya no tienen que llegar en ningún momento a los
botaderos del país. El encargado de velar por el cumplimiento del Reglamento es
el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, según el Acuerdo
Gubernativo No. 509-2001. El Ministerio de Salud cuenta con un listado de
consultores expertos en desechos sólidos hospitalarios, los cuales llevan a
cabo los planes de manejo de los mismos, quienes también imponen las sanciones
a quienes no cumplan, distintos a los consultores del MARN, quienes realizan
los instrumentos de evaluación de impacto ambiental.
La importancia del manejo
adecuado de este tipo de desechos radica en que los bioinfecciosos
potencialmente podrían desatar epidemias o enfermedades crónicas, tal es el
caso de enfermedades como VIH-SIDA, tuberculosis, entre otras. Para cumplir con
los objetivos del reglamento, en el mismo se regulan los aspectos relacionados
con la generación, clasificación, almacenamiento, transporte, tratamiento y
disposición final de los desechos que por su naturaleza están considerados como
desechos peligrosos, especialmente, tóxicos, radiactivos o con elementos patógenos;
así como las características de las empresas de disposición, las cuales deberán
presentar el respectivo estudio de evaluación de impacto ambiental y su
licencia de operación. Es importante mencionar que la red de cobertura del
manejo adecuado de desechos hospitalarios en el país, incluye hospitales
generales y especializados, centros de salud, hospitales y clínicas privadas
(médicas y veterinarias).
En Guatemala existen
actualmente dos empresas autorizadas que se dedican a la eliminación de
desechos hospitalarios (Ecotermo y BioTrash), las cuales son contratadas en
caso de que no se cumpla con el Artículo 8 del reglamento, el cual obliga a los
entes generadores a tener incineradores operando como se indica también el
reglamento. De lo anterior surgen las siguientes preguntas ¿Qué porcentaje de
instituciones de salud del país (especialmente las áreas más recónditas) tiene acceso
a la cobertura de los servicios que brindan las empresas privadas y de qué
forma opera? ¿Qué porcentaje de instituciones de salud del país tiene su propio
incinerador y de qué forma opera? ¿Realmente se separan los desechos
hospitalarios correctamente dentro de las instalaciones de los hospitales y
demás instituciones de salud? De las preguntas anteriores se puede deducir lo
fatal, pues si en muchos lugares del país los basureros clandestinos reinan, ¿Por qué
tendría que haber un manejo adecuado de desechos hospitalarios? Y surge este
cuestionamiento porque existe contaminación al suelo, al agua, al aire,
produciendo efectos crónicos, entonces la contaminación y los impactos
generados no pueden ser más que negativos.
De
la red hospitalaria nacional (47 hospitales), pocos tienen incineradores y
definitivamente no cumplen con el Reglamento y surgen a la mente alternativas,
como por ejemplo, si en cada hospital nacional existiera una planta
incineradora que funcione de forma ideal, se podrían obtener recursos
energéticos para abastecer los focos ahorradores del sector administrativo del
hospital y así hacer un aprovechamiento de los residuos. Pero la pregunta es ¿A
quién le interesa hacer una inversión de esa magnitud, cuando el presupuesto de
salud en Guatemala siempre es motivo de discordia? Y es que es bien sabido que
el área de salud, es uno de los principales ejes en el ámbito social, político,
demográfico y cultural del país. Al principio del presente documento se decía
que los desechos hospitalarios teóricamente no tendrían que llegar al basurero,
pues la ley lo prohíbe, pero en la práctica se sabe que sí llegan, aunque esta
situación quiera esconderse. El funcionamiento ideal del Reglamento (como la
mayoría de Leyes, Acuerdos Gubernativos y Reglamentos en Guatemala) vendrá
cuando las capacitaciones de su manejo adecuado se den a nivel nacional, cuando
todos los entes interesados formen sus respectivos comités y principalmente cuando
la importancia de los efectos e impactos a la salud humana y al medio ambiente,
respectivamente, llegue a la conciencia de todos los sectores involucrados,
puesaunque existen avances, aún falta un gran camino por recorrer.
Beatriz Ramirez
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