Hoy en día, surgen cuestionantes como ¿Cuáles han sido
los impactos de la disminución de cobertura forestal en nuestro país?, ¿Qué
pasara si no se pone un alto a la disminución de cobertura forestal?, ¿hay
esperanza para que se recupere la cobertura forestal? o ¿seguirá hacia un
camino sin salida y llegará a ser una tierra desértica y más vulnerable a
cualquier evento extremo?
En el pasado hacia los años de 1950 se tenía una
cobertura forestal de 6,974,340 ha, un 64.05 % del territorio nacional. En 1978
se tenía una cobertura del 52.35 %; en 1991 de un 47.04 %; y en 2001 del 38.13
% del territorio nacional. Luego se encuentra“el mapa de cobertura forestal de
Guatemala, publicado en el 2012, estimo la cobertura forestal al año 2010 en
3,722,595 ha, correspondientes a un 34.2 % del territorio nacional. La
cobertura para el 2006 fue de 3,866,383 ha, un 35.5 % del territorio nacional.
Esto representa una pérdida neta anual de 38,597 ha, equivalentes a una tasa de
deforestación anual de 1.0 % durante el periodo 2006-2010, y corresponde a la
diferencia entre la pérdida anual bruta de bosques naturales (132,138 ha/año) y
la ganancia entre plantaciones forestales y regeneración natural (93,541
ha/año).” (IARNA-URL, Perfil Ambiental de Guatemala 2010-2012)
Históricamente, Guatemala ha tenido muchos eventos en
los cuales ha perdido grandes extensiones de bosques, pero principalmente se han
debido a problemas como el avance en la frontera agrícola, especialmente en
cultivos de maíz, caña, café, y actualmente se está dando en la palma africana.
Otro de los principales problemas es el uso de leña como fuente energética, ya
que aproximadamente el 65% del consumo energético del país proviene de este.
Luego encontramos problemas que han contribuido a la
deforestación, como la tala ilícita, procesos de reasentamiento desplazados por
la guerrilla que en los años 60´s y 70´s se puede apreciar mejor ya que la
mayor presión ejercida sobre los bosques eran las migraciones internas de
campesinos pobres en busca de tierra, la falta de cultura forestal, incentivos
estatales para el “desarrollo” agrícola dirigidos a promover actividades
agropecuarias en áreas con bosque y de vocación forestal, siendo sustituidos
ecosistemas forestales por sistemas de producción agrícola y ganaderos,
incendios forestales, entre otros.
Con los datos mencionados anteriormente sobre la
deforestación anual, y las diferencias entre pérdida anual bruta y ganancias,
se puede deducir que las problemáticas siguen sobrepasando los esfuerzos de
organizaciones como el INAB y otras gubernamentales y las no gubernamentales.
Pero profundicemos un poco, ¿Qué tan fuertes están las políticas forestales del
país?, si bien es cierto que instituciones como el CONAP y el INAB a través de
los diferentes incentivos como los del PINPEP y PINFOR y ONG´s que se han
dedicado a reforestar pero no han logrado equiparar los números.
Por otro lado, pienso que en Guatemala aún no hay una
cultura de uso adecuado o manejo adecuado de los bosques. Es por ello que
seguimos viendo que la deforestación aumenta, y aunque la reforestación también,
da lo mismo porque las poblaciones aumentan, y sus necesidades de uso de leña,
deforestación para uso agrícola, tambiénaumentan más de lo que se puede
regenerar.
Guatemala, con estas problemáticas, sufre como si
estuviera sangrando. Pronto se estima que el país podría llegar a ser una
tierra desértica, aproximadamente para los años 2050 si la tasa de
deforestación anual sigue en aumento. Los altos impactos se han visto en el uso
inadecuado de los suelos ya que Guatemala en su mayoría tiene tierras de
vocación boscosa y como se ha mencionado el avance de la frontera agrícola ya
sea para subsistencia por migraciones o por exportaciones, se incrementa
desmedidamente. No por nada el país se llama como se llama, Guatemala,
proveniente del náhuatl: Quauhtlemallan, “lugar de muchos árboles”.
Cuando se tala una extensión boscosa si no se vuelve a
reforestar, el suelo pierde sus capacidades y es por ello que entra en un
proceso de desertificación. Es por ello también que uno de los impactos más
grandes en la disminución de cobertura forestal es la desertificación, y con ello la
disminución de las recargas hídricas, ya que los árboles atraen las nubes. Al
haber suelos desérticos aumenta también la vulnerabilidad ya que con un evento
extremo como una lluvia extrema, es muy fácil que se erosione la tierra y
puedan ocurrir deslaves o socavamientos. Estos eventos extremos son causados
por el cambio climático y cada vez son más frecuentes. Es por ello que los
impactos son altos en este aspecto.
Y creo con esto que el impacto más grande de la
disminución de cobertura boscosa es la vulnerabilidad que se tiene al afrontar,
diversos eventos en especial los eventos extremos a causa del cambio climático acelerado,
así como también la desaparición de especies por la eliminación de sus
hábitats. Impactos podríamos seguir mencionando una gran lista, pero cabe
resaltar que la deforestación aumenta los niveles de CO2 no solo por
son sumideros de carbono si no porque al quemarlos como leña el carbono que
habían consumido al quemarlo se vuelve a generar.
La idea de deforestación crea áreas “desnudas”, esta
imagen se puede apreciar en los mapas de cobertura forestal desde 1950 hasta
2010, que con tristeza se puede apreciar esta gran desnudez. Lastimosamente,
las repercusiones son bastante fuertes, ya que si bien Guatemala posee leyes muy
buenas pero poco recurso humano y económico para sancionar y penalizar, esto ha
permitido que el país se vea muy afectado, ya que por ejemplo la ley forestal
insta a que si una extensión boscosa se tala debe volverse a reforestar como mínimo
la misma extensión y penosamente no hay muchos recursos para verificar que en
todo el país se cumpla.
Como hemos podido mencionar ya varios altos impactos
de la deforestación, también podemos inferir nuevamente que de seguir con estos
problemas, no solo políticos, si no también sociales y ambientales, Guatemala
podría llegar a ser una tierra desértica. Aun así Guatemala es Parte en la
Convención de la lucha en contra de la desertificación y mitigación de efectos
de la sequía. Guatemala no ha logrado fortalecerse de manera significativa en
estos temas y por ello se ve muy amenazada si no se le pone un alto a la
deforestación.
A pesar de todos los impactos ya descritos, es difícil
poder ver un claro panorama ante estas adversidades, pero la cuestionante de
¿si habrá esperanza todavía? Creo que sigue en pie, ya que si bien las
instituciones aún siguen débiles, se empiezan a ver mejoras con dos grandes
eventos se han logrado detectar en el último quinquenio y que han marcado la
situación de los bosques, el primero es relacionado con la disminución de
incendios forestales y el segundo en relación a la aprobación de los incentivos
forestales para Poseedores de Pequeñas Extensiones de Tierra de Vocación
Forestal o Agroforestal (PINPEP), mencionado anteriormente.
Para seguir reforestando y manteniendo los bosques,
hay esperanzas en cuanto a recursos económicos y humanos, uno de ellos es con
los conocidos “Créditos de Carbono” que establecen como medidas de mitigación
de emisiones de GEI en el Protocolo de Kyoto que establece que se pueden
comprar por 1 tonelada de CO2eq equivale a 1 crédito de carbono, el
cual con ello se pueden realizar proyectos de reforestación, ya que como se
mencionó anteriormente los arboles sirven como sumideros de carbono y estos
tienen un tiempo óptimo de captación de alrededor de 15 años. Luego se pueden
utilizar para venta de madera o muebles y así se puede crear una cultura de
manejo adecuado de bosques y desarrollo sostenible. ¿Podrá ser esto alguna
salida? Creo que si ya que por ejemplo países de la Unión Europea llegan a
pagar por 1 crédito de carbono hasta 15 euros, y estos países generan grandes
cantidades de toneladas de carbono equivalente.
Por otro lado, he podido observar la dedicación y
compromiso que algunos jóvenes mantienen ya que se puede apreciar una actitud
diferente respecto del medio ambiente y en desarrollo sostenible.Cada día son
más los jóvenes que entienden que Guatemala necesita gente comprometida, y que
se preocupan por educarse para salir a educar a otros y causar ese impacto, lo
puedo observar en algunos de mis colegas de la carrera de Ingeniería Ambiental.
En términos numéricos, es bastante difícil no dejarse
desilusionar, ya que esos números reflejan la incapacidad de algunas personas
pero también la capacidad de otras, porque para unos son números pero para
otros son realidades que se pueden afrontar. Lo que hace la diferencia es la
actitud con la que se enfrentan estas realidades. Esperanza siempre habrá, lo
que importa es que tomes desde ya el compromiso de querer cambiar, primero con
uno mismo y luego con los demás.
En conclusión, somos todos los encargados de ponerle
un alto a la deforestación. Si países hermanos como Costa Rica han podido aumentar su cobertura boscosa de un 30% a un 70% de su
territorio nacional, con el simple hecho de cambiar de actitud y actuar,
nosotros los guatemaltecos también podemos revertir las tazas de deforestación
por un aumento en las tasas de reforestación.
Pablo Lopez
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