miércoles, 14 de noviembre de 2012

La Disminución en la Cobertura Forestal en Guatemala y sus Impactos en el Medio Ambiente enfocado en la Concientización


Hoy en día, surgen cuestionantes como ¿Cuáles han sido los impactos de la disminución de cobertura forestal en nuestro país?, ¿Qué pasara si no se pone un alto a la disminución de cobertura forestal?, ¿hay esperanza para que se recupere la cobertura forestal? o ¿seguirá hacia un camino sin salida y llegará a ser una tierra desértica y más vulnerable a cualquier evento extremo?

En el pasado hacia los años de 1950 se tenía una cobertura forestal de 6,974,340 ha, un 64.05 % del territorio nacional. En 1978 se tenía una cobertura del 52.35 %; en 1991 de un 47.04 %; y en 2001 del 38.13 % del territorio nacional. Luego se encuentra“el mapa de cobertura forestal de Guatemala, publicado en el 2012, estimo la cobertura forestal al año 2010 en 3,722,595 ha, correspondientes a un 34.2 % del territorio nacional. La cobertura para el 2006 fue de 3,866,383 ha, un 35.5 % del territorio nacional. Esto representa una pérdida neta anual de 38,597 ha, equivalentes a una tasa de deforestación anual de 1.0 % durante el periodo 2006-2010, y corresponde a la diferencia entre la pérdida anual bruta de bosques naturales (132,138 ha/año) y la ganancia entre plantaciones forestales y regeneración natural (93,541 ha/año).” (IARNA-URL, Perfil Ambiental de Guatemala 2010-2012)

Históricamente, Guatemala ha tenido muchos eventos en los cuales ha perdido grandes extensiones de bosques, pero principalmente se han debido a problemas como el avance en la frontera agrícola, especialmente en cultivos de maíz, caña, café, y actualmente se está dando en la palma africana. Otro de los principales problemas es el uso de leña como fuente energética, ya que aproximadamente el 65% del consumo energético del país proviene de este.

Luego encontramos problemas que han contribuido a la deforestación, como la tala ilícita, procesos de reasentamiento desplazados por la guerrilla que en los años 60´s y 70´s se puede apreciar mejor ya que la mayor presión ejercida sobre los bosques eran las migraciones internas de campesinos pobres en busca de tierra, la falta de cultura forestal, incentivos estatales para el “desarrollo” agrícola dirigidos a promover actividades agropecuarias en áreas con bosque y de vocación forestal, siendo sustituidos ecosistemas forestales por sistemas de producción agrícola y ganaderos, incendios forestales, entre otros.

Con los datos mencionados anteriormente sobre la deforestación anual, y las diferencias entre pérdida anual bruta y ganancias, se puede deducir que las problemáticas siguen sobrepasando los esfuerzos de organizaciones como el INAB y otras gubernamentales y las no gubernamentales. Pero profundicemos un poco, ¿Qué tan fuertes están las políticas forestales del país?, si bien es cierto que instituciones como el CONAP y el INAB a través de los diferentes incentivos como los del PINPEP y PINFOR y ONG´s que se han dedicado a reforestar pero no han logrado equiparar los números. 

Por otro lado, pienso que en Guatemala aún no hay una cultura de uso adecuado o manejo adecuado de los bosques. Es por ello que seguimos viendo que la deforestación aumenta, y aunque la reforestación también, da lo mismo porque las poblaciones aumentan, y sus necesidades de uso de leña, deforestación para uso agrícola, tambiénaumentan más de lo que se puede regenerar.

Guatemala, con estas problemáticas, sufre como si estuviera sangrando. Pronto se estima que el país podría llegar a ser una tierra desértica, aproximadamente para los años 2050 si la tasa de deforestación anual sigue en aumento. Los altos impactos se han visto en el uso inadecuado de los suelos ya que Guatemala en su mayoría tiene tierras de vocación boscosa y como se ha mencionado el avance de la frontera agrícola ya sea para subsistencia por migraciones o por exportaciones, se incrementa desmedidamente. No por nada el país se llama como se llama, Guatemala, proveniente del náhuatl: Quauhtlemallan, “lugar de muchos árboles”.

Cuando se tala una extensión boscosa si no se vuelve a reforestar, el suelo pierde sus capacidades y es por ello que entra en un proceso de desertificación. Es por ello también que uno de los impactos más grandes en la disminución de cobertura forestal  es la desertificación, y con ello la disminución de las recargas hídricas, ya que los árboles atraen las nubes. Al haber suelos desérticos aumenta también la vulnerabilidad ya que con un evento extremo como una lluvia extrema, es muy fácil que se erosione la tierra y puedan ocurrir deslaves o socavamientos. Estos eventos extremos son causados por el cambio climático y cada vez son más frecuentes. Es por ello que los impactos son altos en este aspecto.

Y creo con esto que el impacto más grande de la disminución de cobertura boscosa es la vulnerabilidad que se tiene al afrontar, diversos eventos en especial los eventos extremos a causa del cambio climático acelerado, así como también la desaparición de especies por la eliminación de sus hábitats. Impactos podríamos seguir mencionando una gran lista, pero cabe resaltar que la deforestación aumenta los niveles de CO2 no solo por son sumideros de carbono si no porque al quemarlos como leña el carbono que habían consumido al quemarlo se vuelve a generar.

La idea de deforestación crea áreas “desnudas”, esta imagen se puede apreciar en los mapas de cobertura forestal desde 1950 hasta 2010, que con tristeza se puede apreciar esta gran desnudez. Lastimosamente, las repercusiones son bastante fuertes, ya que si bien Guatemala posee leyes muy buenas pero poco recurso humano y económico para sancionar y penalizar, esto ha permitido que el país se vea muy afectado, ya que por ejemplo la ley forestal insta a que si una extensión boscosa se tala debe volverse a reforestar como mínimo la misma extensión y penosamente no hay muchos recursos para verificar que en todo el país se cumpla. 

Como hemos podido mencionar ya varios altos impactos de la deforestación, también podemos inferir nuevamente que de seguir con estos problemas, no solo políticos, si no también sociales y ambientales, Guatemala podría llegar a ser una tierra desértica. Aun así Guatemala es Parte en la Convención de la lucha en contra de la desertificación y mitigación de efectos de la sequía. Guatemala no ha logrado fortalecerse de manera significativa en estos temas y por ello se ve muy amenazada si no se le pone un alto a la deforestación.

A pesar de todos los impactos ya descritos, es difícil poder ver un claro panorama ante estas adversidades, pero la cuestionante de ¿si habrá esperanza todavía? Creo que sigue en pie, ya que si bien las instituciones aún siguen débiles, se empiezan a ver mejoras con dos grandes eventos se han logrado detectar en el último quinquenio y que han marcado la situación de los bosques, el primero es relacionado con la disminución de incendios forestales y el segundo en relación a la aprobación de los incentivos forestales para Poseedores de Pequeñas Extensiones de Tierra de Vocación Forestal o Agroforestal (PINPEP), mencionado anteriormente.

Para seguir reforestando y manteniendo los bosques, hay esperanzas en cuanto a recursos económicos y humanos, uno de ellos es con los conocidos “Créditos de Carbono” que establecen como medidas de mitigación de emisiones de GEI en el Protocolo de Kyoto que establece que se pueden comprar por 1 tonelada de CO2eq equivale a 1 crédito de carbono, el cual con ello se pueden realizar proyectos de reforestación, ya que como se mencionó anteriormente los arboles sirven como sumideros de carbono y estos tienen un tiempo óptimo de captación de alrededor de 15 años. Luego se pueden utilizar para venta de madera o muebles y así se puede crear una cultura de manejo adecuado de bosques y desarrollo sostenible. ¿Podrá ser esto alguna salida? Creo que si ya que por ejemplo países de la Unión Europea llegan a pagar por 1 crédito de carbono hasta 15 euros, y estos países generan grandes cantidades de toneladas de carbono equivalente.

Por otro lado, he podido observar la dedicación y compromiso que algunos jóvenes mantienen ya que se puede apreciar una actitud diferente respecto del medio ambiente y en desarrollo sostenible.Cada día son más los jóvenes que entienden que Guatemala necesita gente comprometida, y que se preocupan por educarse para salir a educar a otros y causar ese impacto, lo puedo observar en algunos de mis colegas de la carrera de Ingeniería Ambiental.

En términos numéricos, es bastante difícil no dejarse desilusionar, ya que esos números reflejan la incapacidad de algunas personas pero también la capacidad de otras, porque para unos son números pero para otros son realidades que se pueden afrontar. Lo que hace la diferencia es la actitud con la que se enfrentan estas realidades. Esperanza siempre habrá, lo que importa es que tomes desde ya el compromiso de querer cambiar, primero con uno mismo y luego con los demás.

En conclusión, somos todos los encargados de ponerle un alto a la deforestación. Si países hermanos como Costa Rica han podido aumentar su cobertura boscosa de un 30% a un 70% de su territorio nacional, con el simple hecho de cambiar de actitud y actuar, nosotros los guatemaltecos también podemos revertir las tazas de deforestación por un aumento en las tasas de reforestación. 


Pablo Lopez

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