miércoles, 14 de noviembre de 2012

Cultura chapina: Basureros clandestinos y sus costos ambientales


La problemática de los desechos sólidos en Guatemala es alarmante y se le acredita un futuro incierto. Muchas de las enfermedades en el país se transmiten por medio de agua contaminada la cual generalmente se contamina por los desechos sólidos que a ella son vertidos. Mucha gente e incluso autoridades piensan todavía que eliminan el problema de los desechos generados en sus localidades vertiendo éstos al río sobre todo en el área rural. Pero qué pasa sí no se cuenta con un servicio efectivo de recolección de residuos? Es responsabilidad de cada quien el hacerse cargo de sus residuos? Es de todos como sociedad? Ó son las autoridades las que se tienen que hacer cargo? En el país se generaban para el año 2000 0.13kg /día de desechos per cápita; para el 2008, 0.40/día per cápita sí se sigue la tendencia, para el año 2025, se habrá duplicado esta taza generando un alto costo ambiental para el país. El gasto público ambiental asigna entre los 1100 y los 1800 millones de quetzales para la gestión de residuos lo que representa únicamente 3.02% del presupuesto aprobado para el presente año.

Las autoridades tienen en gran parte la responsabilidad de proporcionar un servicio adecuado y efectivo para trasladar los residuos generados por cada uno de nosotros a un lugar destinado a disponer de estos residuos sanitariamente pero cada uno debería de ser responsable de los residuos que genera y de depositarlos en un lugar adecuado. 

Mucha de la problemática no se ataca de manera tal que se combata la raíz del problema y no los efectos. Acaso no hemos visto por las calles de nuestra bella Guatemala restos de todo tipo de desechos ó en las pocas áreas verdes? y sí nos trasladamos al interior de la República el panorama cambia? Hace falta más que seguir creando basureros y vertederos controlados, educar a la población para que sea consciente de lo que significan los residuos sólidos para la salud y el medio ambiente con el objetivo de cambiar la cultura del “típico chapín” que se despreocupa y que porque le estorban los residuos de los productos que consume, los tira a la calle y deja de ser su responsabilidad o por el querer “ahorrarse” el pago por recolección de sus residuos, le es más fácil dejarlos en cualquier terreno baldío y que mire el alcalde que hace con ellos. 

Esta mentalidad es la causante del que día a día se creen más basureros clandestinos tanto en el área rural como metropolitana que se vuelven focos de enfermedades que afectan a toda la población. No se tiene siquiera un control ni una cifra de cuántos basureros clandestinos existen en Guatemala. Alrededor del 30% de los hogares cuentan con un servicio de disposición final municipal, el resto quema los desechos o los tira en cualquier lugar originando los famosos basureros clandestinos. 

La mala gestión de los desechos generados en el hogar representan un costo anual por daño ambiental al país cerca de US$2,200,000 por las malas prácticas en la disposición final. Los desechos no recolectados y que alimentan los basureros clandestinos generan un costo aproximado de US$2,800,000. Según el perfil ambiental de la URL, el 16% de los desechos sólidos generados se disponen en basureros clandestinos, 35% es quemado, 35% en sistemas de disposición final, 7% se recicla y un 5% es enterrado. Se necesita aplicar los principios de las 3 erres y motivar el reúso, el reciclado pero sobre todo, disminuir el consumo.

Es indispensable, a través de la educación, modificar el patrón de consumo que actualmente nos hace acumular cada vez más objetos que no necesitamos y generar cada vez más residuos principalmente en las clases sociales económicamente mejor acomodadas. La calidad de vida no se basa únicamente en acumular más objetos, el tener más que el otro o estar a la vanguardia de la tecnología, se necesita salud y un medio ambiente digno que nos permita llevar una vida digna. Indicadores de calidad de vida incluyen no solo elementos de riqueza y empleo sino también de ambiente físico y arquitectónico, salud física y mental, educación, recreación y cohesión social.

El más no significa mejor.

Denis Castañeda

No hay comentarios:

Publicar un comentario